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miércoles, 25 de mayo de 2011

La Escultura clásica griega; El Discóbolo de Mirón, el Doríforo de Policleto, friso de las Panatheneas de Fidias

En primer lugar, antes de abordar el análisis de las obras más importantes, te recomiendo que veas este video. En él, puedes ver la evolución que va a seguir la escultura griega en este periodo de esplendor, prestando especial atención a las obras que comentaremos a continuación.




DISCÓBOLO
Mirón.
Mediados del s. V a. C. (. 450 a.C.)
Periodo Clásico (estilo severo o primer clasicismo -
Mirón de Eleuteras (Beocia, cerca de Atenas), activo entre el 470-440 a. C., y su hijo esculpieron multitud de estatuas de atletas vencedores. Gran broncista. Coetáneo de Polícleto y Fidias, con quien posiblemente trabaja en el Partenón.
Esta es copia romana en mármol, de las varias que hay (una en bronce conservada en Munich) de la original de Mirón en bronce.
Altura: 1,5m. Bulto redondo que, dada su postura, exige varios puntos de vista. Gombrich habla de su “postura egipcia con el tronco de frente y piernas de perfil”.
Técnica original de Mirón: fundición de bronce, cera perdida.
Sintetiza el tiempo y el movimiento en un instante de la acción. Sin duda su obra más conocida y de mayor complejidad compositiva.
Contexto. Mediados del s. V a. C, después de las guerras médicas, la polis con más esplendor cultural y artístico, la Atenas democrática  de Pericles, quien encarga muchas obras de arte.
Representa en esta obra, tal vez al héroe Hyakinthos, que murió cuando arrojaba el disco, si bien podemos encontrar en esta pieza una de las primeras obras que se esfuerza en una representación del hombre, como ideal simbólico en sí mismo y no como representación de exvotos o divinidades.
La disposición de la figura es muy atrevida. Mirón sorprende a la atleta cuando la mano derecha impulsa el disco hacia atrás, para lanzarlo inmediatamente. Ello obliga a una composición arriesgada, curvilínea, en espiral, contrapesada con las líneas quebradas de brazos y piernas. A su vez esto multiplica los puntos de vista y además consigue transmitir una sensación de instantaneidad, que acentúa el dinamismo de la obra, a  la cual ayuda, el material original (bronce) y la acción de la luz “resbalando” sobre él.
A pesar de todo, la obra aún está en el umbral del clasicismo: busca la perfección de la anatomía y casi lo consigue, aunque los músculos resultan un tanto planos.
Así mismo podría ya subrayar el equilibrio emocional del clasicismo, si bien en este caso, al igual que en el Auriga, se aprecia la inconexión entre la acción representada y su expresión facial, que resulta paradójico en un momento de máximo esfuerzo físico.



DORÍFORO 
Polícleto.
Mediados s V a. C. (450 a.C.)
Periodo Clásico (estilo clásico pleno)
Contexto: mediados del V. a. C..Atenas de Pericles, reconstrucción de la Acrópolis. Mucha demanda de artistas. Consideración del escultor, admirado por sus contemporáneos, además fue teórico por lo que su prestigio entre coetáneos también mayor.
Hay más de treinta copias en mármol del original  en bronce (cera perdida) de Polícleto. 2,12m. El árbol fue  añadido en las copias en mármol para una mejor sujeción.
.Representa a un joven atleta  que lleva la pesada lanza heroica  “dory
Pierna derecha, plenamente apoyada, sostiene el peso, la izquierda inicia el movimiento potencial: contraposto y movimiento potencial, vieja fórmula ya iniciada en el Efebo de Critio h. 480 a.C.
Otra obra posterior de Polícleto es el Diadumeno, bello joven atleta atándose las cintas a la cabeza. En comparación con el Doríforo, el cuerpo ha perdido robustez masculina y ha ganado en gracia, un tanto femenina, y delicadeza.
Policleto personaliza de un modo ejemplar la importancia de los broncistas de la escuela de Argos, en el Peloponeso ( a la que el autor pertenece), ya que a su enorme importancia artística hay que añadir sus aportaciones a la evolución de la escultura y a su labor teorizante como podemos comprobar en su obra “Kanon” (la norma), que como señala el título es una recopilación de su concepto de la escultura, en el que el autor plasma sus minuciosos estudios de la proporcionalidad del cuero humano y su idea de que la belleza se encuentra en la propia armonía “symmetría) de ese mismo cuerpo.
Su actividad se centró en su ciudad de Argos durante su primera juventud aunque acude a la ciudad de Atenas justo en el momento de mayor actividad artística con la reconstrucción de la Acrópolis. Aun así es Fidias quien prácticamente monopoliza el mecenazgo público, y por ello Policleto debe conformarse con encargos particulares, naciendo desde entonces una fuerte rivalidad entre ambos escultores. Al llegar las guerras del Peloponeso marcha de Atenas para regresar a su ciudad natal, donde, ya anciano, realizó una ingente obra escultórica como es el caso de la crisoelefantina de la disa Hera y la decoración del “Hereo de Argos” (templo dedicado a la diosa).
No sabemos mucho más de él, se le supone diez años más joven que Mirón, por lo que se data su actividad entre el 450 y el 420 a. C.
Como ejemplo de su actividad teórica realiza el Doríforo, obra que servirá de modelo a la mayoría de escultores contemporáneos y posteriores, que identificaron al Doríforo como al libro, “el Canon”.
El Doríforo es un joven lancero, tal vez Aquiles, que no obstante se convierte en una idealización del cuero humano, como tal, de su belleza, y en última instancia del Hombre en sentido abstracto y absoluto.
Destaca en su composición el perfecto equilibrio que consigue el contraposto, entre el estatismo que requiere su ideal de armonía física y espiritual (equilibrio psicológico)  y el dinamismo propio de cualquier escultura que pretende llenar el espacio circundante y multiplicar sus puntos de vista.
El Doríforo es además un perfecto estudio anatómico, donde se subraya con todo énfasis ese ideal de belleza basado en el cuerpo humano perfecto y armónico, en este caso basado en un canon de proporcionalidad de siete veces el tamaño de la cabeza. La cabeza es, perfectamente, esférica (figura perfecta en la parte más noble del hombre), de tal manera que el cabello se adapta a ella perfectamente gracias a su particular peinado. La cara se divide en tres segmentos correspondientes a la frente, el de la nariz y el de la boca.





FRISO DE LAS PANATHENEAS
Mediados S V a. C. (el 440 a.C.)
Periodo Clásico (estilo clásico pleno)
Autor: Fidias  (y posiblemente discípulos de su taller)
Otras obras: crisoelefantinas de Atenea y Zeus, Atenea Promachos, Atenea Lemnia, Amazona herida y toda la decoración monumental del Partenón.
Contexto: arte griego, escultura, escultura clásica plena (450-400 a. C.). Atenas de Pericles, etc.
Relieves  originariamente en el friso sobre el  muro exterior de la cella del Partenón .De unos 200 m. de perímetro  y una altura de 1,05 m (es la primera vez que en templos dóricos se adorna el friso interior, imitando el friso corrido de los templos jónicos)
Material y técnica.  Mármol, originalmente con policromía en el fondo. Gran perfección, precisión y maestría técnica en bajorrelieves y mediorrelieves, a veces mezclados, para dar sensación de profundidad.
Actualmente, la mayoría de los relieves están en el Museo  Británico de Londres, sólo algunos fragmentos, en su lugar originario
Tema, significado: la procesión  en las fiestas de Atenea, que todos los años, y especialmente cada cuatro,  ascienden a la Acrópolis  en procesión para revestir a la estatua de Atenea con el peplo que cuatro muchachas  (las arréforas) de la aristocracia urbana habían bordado para la diosa. En la  procesión se representan juegos y deportes, jinetes y carros, héroes de las tribus del Ática y a los dioses y diosas olímpicos.
Análisis estilístico  en Ecir pág 182. En esta obra queda patente todo el genio de Fidias destacando las impecables composiciones, armoniosas, la elegancia, el equilibrio, el tratamiento riguroso de la psicología individualizada de los personajes, de anatomías en diferentes posturas, que se aleja, definitivamente de la inexpresividad anterior. Siguiendo esta misma línea debemos la perfecta ejecución de toda la obra, especialmente, en el tratamiento que realiza de sus paños dando principio a la técnica de los “paños mojados” con los cuales acentúa el juego de la luz, dinamiza las figuras. Finalmente subrayamos el movimiento y el realismo en el tratamiento anatómico de los caballos. Fidias es por tanto  máximo exponente, junto con Polícleto, de la culminación del clasicismo.

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