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miércoles, 25 de mayo de 2011

La escultura clásica griega; Hermes con Dionisos niño y Venus (afrodita) de Cnido de Praxíteles, Ménade de Scopas


HERMES CON DIONISOS NIÑO
PRAXÍTELES.
S IV (330 a.C.)
Periodo Clásico (estilo del clasicismo tardío o postclasicismo).
Museo Arqueológico de Olimpia. Uno de los pocos ejemplos originales de la escultura clásica.
Otras obras del autor, La Venus (Afrodita) de Cnido y Apolo Sauróctono
Técnica: Mármol. 2,13m. Acabado lustroso con barniz de cera, aumenta la sensualidad.
Hay familiaridad y cercanía con lo divino .Cuerpo vivo, amable, sin rigidez, sensualidad y ambigüedad sexual (tanto por las curvas como por el acabado). La sensualidad del desnudo se acentúa con la abundancia del manto sobre el árbol. La dulzura de los adolescentes praxitelianos seducirá a los artistas helenísticos.
Contexto: Tras las Guerras del Peloponeso (431- 404), las polis helenas entraron en crisis. Filipo, rey de Macedonia, a mediados del s IV, une a todas bajo su poder. En el s. IV , Dionisos, que según la mitología, será descuartizado por los gigantes para luego resucitar, se hace muy popular; los fieles , quizá ante la crisis y la decadencia , prefieren dioses próximos y que garanticen la resurrección tras la muerte. El conjunto expresa esa humanidad que se solicita de los dioses.
Tampoco sabemos demasiado de un magnífico escultor como fue Praxíteles. Nace en Atenas alrededor del 400 a. C., y entre el 380 y 330 realiza sus obras en bronce y sobre todo en mármol. Fue hijo del también escultor Cefisódoto el Viejo del hereda un tratamiento más suave de la talla y una tendencia hacia el realismo (menor idealización).
Sin duda una de sus obras más famosas y conocidas es el Hermes de Olimpia o Hermes con Dionisos niño que es una de las pocas piezas originales que se conservan de la escultura antigua, encontrada en el Heraion de Olimpia en 1887.
Existen no obstante algunas dudas respecto a su autoría. Algunos autores defienden que si la obra es praxiteliana debe ser de su última etapa, atendiendo, por ejemplo, al tratamiento demasiado ampuloso y realista del cabello.
La obra representa a Hermes en el acto de transportar a Dionisos niño, desde el Olimpo hasta la mansión de las ninfas, encargadas de su crianza. El dios mensajero hace un alto en la ruta y ofrece al niño sediento un racimo de uvas (perdido hoy, en la mano derecha). Así el grupo adquiere esa humanidad característica en las representaciones praxitelianas de los dioses.
Debemos resaltar su magnífica textura, con grado de pulimentado y difuminado, difícil de encontrar en copias posteriores.
Desde el punto de vista compositivo hay que insistir en un elemento característico de la obra de Praxíteles, el contrabalanceo acusado de sus contraposto, hasta adquirir trazos curvilíneos en forma de “S”. Son las famosas “curvas praxitelianas”, que acentúan la sensación de dinamismo.
Como también es habitual en todas sus obras, mantiene un brazo levantado en ángulo, que nunca corta la silueta frontal de la estatua (no hay escorzo).
Hay además una tendencia creciente al naturalismo, como puede observarse en el tratamiento de los detalles como, por ejemplo el rostro o el cabello. La expresión eso sí, mantiene cierta sensación de distante lejanía, sólo contrarrestada por la actitud espontánea del niño.
A la vista de esta imagen es evidente que algo ha cambiado en la estatuaria griega respecto al momento del clasicismo pleno: las figuras se han estilizado, se han refinado y sobre todo han acentuado su cadencia y su sensación de movimiento haciéndolas más elegantes. Es el triunfo de la euritmia frente a la simetría clásica.

VENUS DE CNIDO
PRAXÍTELES.
S IV (370 a.C.)
Periodo Clásico (estilo del clasicismo tardío o postclasicismo)
Copia romana en mármol. 2,15m Museos Vaticanos.
Aplicar datos de Praxíteles que hay en el  comentario de Hermes.
Quizá escandalizó a sus contemporáneos, más que por la desnudez de la mujer,  por representar a una diosa como a cualquier mortal, insistiendo en su atractivo erótico.
Contexto: Escultura griega de la primera mitad del siglo IV.
Se trata de una de las piezas más conocidas de su autor. Afrodita se representa en el momento de disfrutar de su baño ritual, razón por la cual aparece desnuda y depositando suavemente sus prendas sobre un jarrón. La obra escandalizó a los habitantes de la isla de Cos que la habían encargado, por lo que la rechazaron, yendo asía a parar a Cnido, donde cautivó por su indudable belleza como, así puede apreciarse en la actitud: postura recatada, ingenua, es de una singular inocencia. Su posición con una mano sobre el pubis transmite esa sensación, aunque para algunos está señalando la fuente de su poder, no olvidemos que Afrodita es la diosa de la belleza y del amor.
También contribuye a esa belleza la composición, porque en este caso las curvas praxitelianas, poco exageradas, incitan a la máxima sensualidad, e imponen además un ritmo suave y delicado a la composición.
Por último resulta igualmente significativa la textura del mármol que, en el original presentaría el habitual pulimentado de su autor y el complemento de la “gánosis” o barniz de cera, con que se recubrían las esculturas de la época. El tratamiento gestual, está idealizado como es habitual, pero cargado de una media sonrisa igualmente ingenua que hace la pieza tan atractiva, otorgándole esa gracia “charis” que hizo tan humanas y reales las esculturas de su autor.


MÉNADE
SCOPAS.  
S IV a.C. (primera mitad)
Periodo Clásico (estilo del clasicismo tardío o postclasicismo
Copia romana en mármol de un original de Scopas. 0,46 m de altura.
Está en Dresde (Alemania)
Phatos y torsión que anuncian el helenismo.
Contexto: lo mismo que con Praxíteles. También danzante en ritos en honor de Dionisos. Después de la Guerras del Peloponeso, decadencia política de Atenas a favor de las polis septentrionales como Macedonia, etc.
Escopas es un escultor nacido en la isla de Paros hacia el 380 a. C., que trabaja primordialmente en mármol. Tal vez su obra más grandiosa fuera la decoración del Mausoleo de Halicarnaso hacia el 350 a. C., alguno de cuyos restos se pueden admirar todavía en el Museo Británico (cabeza de Mausolo).
Esta ménade “furiosa” o Ménade “bailando” representa a este tipo de “bacantes” (mujeres adeptas a los ritos dionisíacos, arrebatadas por la ebriedad y la danza, “trance”). La propia temática contribuye a romper el concepto clásico de perfecta armonía. De hecho, aparece semidesnuda y enloquecida por el vino y el baile, en un frenesí que  la contorsiona, distorsionando toda su anatomía.
Plásticamente, aparte de esta nueva composición del cuerpo, la sensación trémula (estremecida, temblorosa) en la muchacha se acentúa gracias al trabajo muy profundo de los paños que crea violentos contrastes de luz y sombra, así como el vigor de los movimientos, de un efectismo muy expresionista.
Prueba de la complejidad compositiva de esta Ménade es que Escopas la concibió para ser vista de lado (no hay frontalismo), desde donde el sentido del movimiento agitado se manifiesta con mayor viveza y el cuerpo transmite un mayor grado de sensualidad.
Todo lo cual es prueba de la evolución de la estatuaria hacia formas de mayor expresividad y originalidad compositiva.
La diferencia frente a la etapa de pleno clasicismo resulta patente, ya no sólo por el nuevo desarrollo del sentido del movimiento y la ruptura de los ejes armónicos de la composición, sino por una nueva concepción expresiva: ese “pathos”, tan característico de su autor, que exalta el sentimiento, y abandona el idealismo clásico.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por la información, me ha sido de gran ayuda, si tienes algunas características específicas de Hermes con Dionisio niño te lo agradecería muchísimo, cosas como la curva praxitélica, o perfil griego, describiendo la obra en sí........ o cosas así... Gracias igualmente!
    :D

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