Ya sabéis que a la hora de realizar un comentario artístico, debemos hacer referencia al contexto histórico en el que se enmarca la obra a comentar. En este sentido, a continuación os dejo unas orientaciones sobre el contexto histórico del arte griego.
La mayoría de las obras preseleccionadas para la prueba, se enmarcan en las épocas arcaica, clásica y helenística, así que sólo tenéis que seleccionar la parte que os interese al respecto y hacer un resumen de ella.
La civilización
helénica —o de la Grecia antigua— se extendió por la Península Balcánica, las
islas del mar Egeo y las costas de la península de Anatolia, en la actual
Turquía, constituyendo la llamada Hélade. La civilización griega tiene
su origen en las culturas cretense y micénica.
A partir del 2700 a.C. se desarrolló en la isla de
Creta una rica y floreciente cultura comercial perteneciente a la Edad del
Bronce. Esta cultura recibe el nombre de minoica o cretense. En torno al año
1600 a.C., los aqueos, un pueblo de habla griega y de origen
indoeuropeo, irrumpieron en el territorio de la Grecia continental,
estableciéndose en el extremo noreste de la península del Peloponeso. Este
pueblo llegó a dominar a los cretenses. Su ciudad más importante fue Micenas.
Hacia el año 1200 a.C., otro pueblo de origen
griego, los dorios, que utilizaban armas de hierro, se apoderaron de
Grecia derrotando a los micenicos. La guerra de Troya, descrita por Homero en
la Iliada, fue, probablemente, uno de los conflictos bélicos que
tuvieron relación con esta invasión. Esparta y Corinto se transformaron en las
principales ciudades dóricas. Con los dorios empezó un período de retroceso
cultural que se conoce con el nombre de Edad oscura.
Después de la conquista de los dorios, la
vida en toda Grecia descendió a un nivel muy primitivo, y así se mantuvo
durante varios siglos.
Sin embargo, desde el siglo VIII y hasta el siglo VI
a.C., período que se conoce como época arcaica, Grecia desarrolló y culminó una
gran recuperación política, económica y cultural.
Tal recuperación fue posible gracias a la
organización en ciudades Estado (poleis) y a la fundación de colonias en
las costas de Asia Menor y del mar Negro, en Sicilia, en el sur de la península
itálica, en el sur de Francia y las costas del levante de la península ibérica.
A fondo
En este
periodo se obtienen algunos logros determinantes para el futuro de la
civilización griega antigua. La introducción del alfabeto, que se produce a mediados del siglo VIII a.
C., tendrá una importancia decisiva. A partir de ese momento se podrá registrar
todo por escrito: desde las cosas más o menos insignificantes de la vida
privada hasta los asuntos comunes de la ciudad (por ejemplo, las leyes.
La situación
económica es difícil: hay una gran pobreza entre los pequeños campesinos, que
constituyen la mayoría de la población, como nos lo
atestigua el poeta Hesíodo. A esto se une un incremento demográfico. Se acude
como solución a dos medidas: la fundación de colonias por todo el
Mediterráneo, en especial en Occidente (Sicilia, Italia, Francia, España, el
norte de Africa),y el desarrollo de la industria
y el comercio marítimo.
Durante dos siglos (750 a.
C. –550 a. C.) tiene lugar la llamada “gran colonización griega”. La finalidad
principal era buscar nuevas tierras de cultivo para asentar el excedente de
población. Se transplantaba la estructura política y social de la metrópoli,
pero desde el principio el nuevo asentamiento gozaba de una autonomía plena.
Los vínculos entre ambas comunidades eran únicamente religiosos y culturales.
Esta colonización griega afecta sobre todo a Sicilia y al sur de Italia, región
que será llamada desde ahora la Magna Grecia y que con
el tiempo, será núcleo de una intensa
actividad intelectual griega.
Un factor
favorecedor del comercio es la aparición de la moneda, que facilita la adquisición de productos frente al más difícil sistema anterior
de intercambio de mercancías. En este terreno, una vez más, las colonias
griegas de Asia Menor sirven de puente entre Grecia y Lidia, de donde se importa el sistema de
monedas acuñadas conforme a un peso fijo.
Otro logro de la época
arcaica fue la codificación
de las leyes. Antes la
administración dela justicia estaba en manos de la aristocracia, que aplicaba
según su criterio unas normas tradicionales transmitidas oralmente –el poeta Hesíodo,
en la segunda mitad del siglo VIII a. C., deja ver la inquietud de las clases
bajas por la justicia y su aplicación-.Una salida a esta situación será poner
por escrito esas normas, lo que supondrá un avance en la consolidación de la
justicia y, por tanto, en la defensa de las
clases sociales más débiles.
Estos hechos socioeconómicos
llevan a la aparición de una nueva clase social, la de los artesanos y
comerciantes, intermedia entre la aristocracia y el campesinado. Y todo ello
conduce a una progresiva pérdida de derechos de las clases superiores, lo que
en ocasiones dio lugar a revueltas sociales.
La característica
más importante de la época arcaica es la toma de
conciencia del hombre como realidad individual y como miembro
activo de la ciudad, en cuyo gobierno intenta participar activamente, puesto
que, dadas las nuevas tácticas de la guerra, cada vez interviene más en su defensa.
Así es como se entienden bien, por ejemplo, la figura del nuevo poeta de esta época,
frenteal viejo poeta épico. Y al lado del poeta lírico aparece también ahora el
filósofo, que
empieza a hacerse preguntas sobre el origen del
mundo: es el momento de los filósofos presocráticos.
El comienzo
de la época clásica se sitúa en el paso del siglo VI al V a.
C., cuando en Atenas se inaugura la etapa del gobierno democrático. De otro
lado, se considera el 323 a. C., año de la muerte de Alejandro Magno, final de
este periodo porque la nueva situación política y social derivada de las conquistas del rey de Macedonia así lo justifica.
En la época clásica se
alcanzan varias de las metas que caracterizaran a la civilización griega
antigua. El siglo V a. C., el llamado siglo de
Pericles, es el siglo de oro de Grecia. En esta época el protagonismo corresponde
sobre todo a dos ciudades-estado: Esparta y Atenas.
Los siglos V y IV a.C. corresponden al apogeo
de las grandes ciudades-estado independientes, entre las que destacan las
poleis de Atenas y Esparta.
Cada uno de estos grandes estados absorbió a
sus débiles vecinos en una liga o confederación dirigida bajo su control.
Esparta, estado militarizado y aristocrático, estableció su poder a base de
conquistas y gobernó sus estados súbditos con un control muy estricto. La
unificación del Ática, por el contrario, se realizó de forma pacífica y de
mutuo acuerdo bajo la dirección de Atenas.
En un principio , los griegos se unieron para derrotar
a los temidos persas (o medos) en las llamadas guerras médicas. Tras
la victoria, Atenas se convirtió en la potencia hegemónica de la Liga de Delos,
alianza que se había formado para defenderse de los persas. En política
interior los atenienses consolidaron el sistema político conocido con el nombre
de democracia, gobierno del pueblo, y en política exterior se convirtieron en
la gran potencia político-militar de la Hélade, lo que les acarreó gran número
enemigos. Este período es denominado como la 'Edad de Oro de Atenas', o 'siglo
de Pericles' en honor al gobernante que llevó a Atenas a su máximo esplendor.
Durante el mandato de Pericles se
construyeron el Partenón, el Erecteion y otros grandes edificios. El teatro
griego alcanzó su máxima expresión con las obras trágicas de autores como
Esquilo, Sófocles y Eurípides, y el autor de comedias Aristófanes. Tucídides y
Heródoto fueron famosos historiadores, y el filósofo Sócrates fue otra figura
de la Atenas de Pericles quien hizo de la ciudad un centro artístico y cultural
sin rival.
Las diferencias entre Atenas y Esparta desembocaron
en la destructora Guerra del Peloponeso, en la que participaron casi todos los
griegos unidos a uno u otro bando. La guerra duró desde el 432 hasta el 404
a.C. y acabó con la derrota de los atenienses y el establecimiento de la
hegemonía espartana sobre Grecia.
Aprovechando la confusión y debilidad de los
contendientes en la guerras del Peloponeso, el rey Filipo II de Macedonia
convirtió su reino en la nueva potencia de la Hélade. Macedonia no estaba
desgastada por las luchas y disponía de recursos naturales (cereales, oro y
madera). La batalla de Queronea (338 a.C.) le permitió anexionarse Atenas y
Tebas. Tras la muerte de Filipo II, su hijo Alejandro Magno, conquistó Persia y
dirigió sus ejércitos hacia Egipto y la India, formando un gran imperio.
Tras su muerte en Babilonia (323 a.C.) sus
generales se repartieron sus posesiones. Con Alejandro desaparecía el antiguo
poder de los griegos, pero no su cultura que, fusionada con la oriental, dio
origen al mundo helenístico.
A la muerte de
Alejandro, sus generales se repartieron el imperio, que quedó dividido en diversos
reinos, a cuyo frente se situó un rey absoluto, al cual incluso se le llegó a
rendir culto. Todo ello fue producto del influjo que ejercía el mundo oriental
sobre los nuevos asentamientos griegos situados en suelo asiático.
A través de la lengua se alcanza la difusión de
la cultura griega, que se enriquece con las particularidades de cada región.
Así se llega a unos ámbitos culturales relativamente variados dentro de esa uniformidad
helenista.
Por encima de todo prima una
realidad: el individualismo. Se ha perdido la antigua concepción de que el
hombre era básicamente un ser social. Paralelamente se difunde un descreimiento
en la protección de los dioses tradicionales:el concepto de azar se
convierte en una de las deidades centrales, y el hombre se siente desprotegido
y resignado ante este ciego poder.
Todas las
manifestaciones culturales testimonian esta nueva realidad: desde la poesía a
la
especulación
filosófica. Y a esto hay que añadir que la época helenística es el momento del
gran avance de las ciencias, desde las matemáticas
y la astronomía hasta los estudios literarios.
Las ciudades de la
Grecia propiamente dicha llevan una existencia precaria. Se oscila entre el
sometimiento a Macedonia y la periódica aparición de ligas entre ciudades de
segundo orden. La propia Atenas es simplemente un
centro cultural, limitado casi exclusivamente a la especulación filosófica
frente a grandes ciudades como Alejandría.
Por esta época, Roma ha impuesto su
hegemonía en Italia y, desde el comienzo del siglo IIa. C., inicia sus ataques
a los reyes de Macedonia, región que terminan por convertir en provincia romana
tras la batalla de Pidna, desde
entonces Grecia fue una parte más del amplio imperio romano y cuando la ocasión
lo requería, era utilizada en las luchas internas o externas de Roma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario