En torno a 1500-10.
(Según Juan Antonio
Ramírez, director de la revista descubrir EL ARTE es de 1449-1460, es de las
primeras obras)
Óleo sobre tabla,
tríptico 2,20 x 3,9 m. Museo del Prado.
Excluido que pudiera estar en un lugar sacro, las
investigaciones apuntan a que lo realizara para el conde Enrique III de Nassau,
para su palacio de Bruselas. Era hombre culto y junto con su amigo Felipe el
Hermoso, coleccionista.
Comprado por Felipe II (2ª mitad del XVI) en una subasta y
enviado al monasterio de El Escorial en 1593. Por deseos de Franco se llevó al
museo del Prado.
Otras obras: El
carro del heno, Las tentaciones e San
Antonio, también en El Prado. El Bosco, contemporáneo de los renacentistas
italianos, su pintura no es nada italianizante. Tampoco es gótica. Es suya,
aunque con un característico detallismo flamenco.
El jardín de las
delicias es su obra más famosa, sin interpretación aceptada por todos. Pero
la más aceptada es que hace referencia a
que una vida mundana, sólo de placeres, al final acaba en el infierno, en las
tinieblas.
El tema representa:
Derecha: la
creación del mundo, Adán y Eva y Dios como Jesús. Y el primer pecado
representado con sabandijas, patos, mono…
Centro: El mundo
con sus placeres. Sátira de los desmanes de la humanidad en la vida terrenal. Sobre
todo de los relacionados con los placeres sexuales: frutas, pompas, carrera en
círculo.
Izquierda: el
castigo final, el infierno. Sátira de los desmanes del clero. (las maravillosas y paradisíacas montañas y
lagos azules del centro, se transforman en edificios oscuros, ardientes y
charcas inmundas)
Composición y
otras características estilísticas, sacarlas de apuntes., (importante:
composición abigarrada, tres planos, pintura casi plana, detallismo preciosista
típico de los pintores flamencos…)
Por último: datos biográficos, clientela, originalidad,
humanismo en Holanda a principios
del XVI (Los humanistas como Erasmo de
Rotterdam reclaman un cristianismo más sincero y despegado de la riqueza
terrenal, critica la incultura del clero, la avaricia del mismo, la falsa
moral, alaba el trabajo y el esfuerzo).
Influencia en el surrealismo, tanto en temas (el yo
irracional, pasional) como en formas (concretamente
en obras de Dalí como El gran masturbador).
Para completar: La
pintura del Bosco es una pintura fantástica, de monstruos impasibles y figuras
locas que al final nos presentan un mundo al revés. El mismo mundo que nos
retrata Erasmo en su elogio de la locura, que lo mismo que la obra del Bosco,
pretende criticar irónicamente a la Humanidad exagerando con extravagancia sus
debilidades.
Así los locos del Bosco (la nave de los locos. Louvre.
1510-1515) son los mismos que Erasmo considera como los únicos libres y
felices. Se trata de invertir los términos exaltando la sinrazón como mejor
crítica a la razón, tantas veces nociva para el Hombre. En última instancia se
trata de sacra a la luz el lado oculto del hombre, lo que tiene de animal y de
irracional para contraponerlo a su cordura, a veces tan nefasta.
Por eso toda la obra del Bosco resulta tan original y por
ello en seguida fue descubierto y valorado como elemento de estudio del
psicoanálisis del Escuela de Viena. Y por esa misma razón fue también
reconocido como antecedente de la pintura surrealista, fundada en los mismos componentes
temáticos que la pintura del Bosco, la plasmación del yo oculto, del yo
irracional. Aquellos a través del subconsciente, El Bosco a través del Yo
animal.
Esto hace muy difíciles de interpretar las obras de este
autor, que en muchas ocasiones cuenta con varios estudios contradictorios sobre
un mismo cuadro. Así ocurre con el Jardín
de las Delicias.
Para algunos autores como Fraenger, el jardín refleja las
doctrinas de una secta adamita a la que según el autor El Bosco pertenecía, y
que consideraban la libertad sexual como una vía para la salvación de las
almas. De ahí se deduciría un contenido hedonista en el cuadro.
Otros por el contrario no conciben la pintura del Bosco
como herética, y consideran la obra como una sátira de los pecados y desvaríos
de los seres humanos que convierten a éstos en bestias, lo que explicaría a su
vez la rica simbología de la obra, y enlazaría con la valoración general que se
ha hecho al principio de la obra del pintor.
El jardín de estructura como un tríptico:
-
En la tabla
derecha (izquierda del espectador) se representa la Creación. Más concretamente, el
momento de la Creación
de Eva por el Padre, ante un Adán contemplativo. En el centro aparece una
fantástica fuente presidida por una lechuza. La fuente algunos la han interpretado como la Fuente de la Vida , pero en este caso con
un sentido maléfico, el de una vida nacida con el pecado, lo que permite
ponerla en relación también con el árbol de la ciencia del bien y del mal,
testimonio del pecado original. En este sentido resultaría significativa la
imagen de l lechuza, símbolo de l sabiduría en la Antigüedad , pero del
mal en la Edad Media.
Contribuyen a esta misma idea los animales presentes en el lago que rodea la
fuente, habitado por patos y necios, cisnes orgullosos y sabandijas. El mismo
sentido tendrían también los animales que en la parte inferior comienzan a
devorarse entre sí, o aquellos otros mitad pez, mitad pato, tocados con
caperuzas de frailes y que simbolizarían la estupidez de gran parte del clero.
A la izquierda el toro salvaje (símbolo de la pasión. Acecha al unicornio
blanco (símbolo de la castidad), y del elefante blanco, (símbolo de la
inocencia) es montado en sus lomos por un mono, símbolo de la lujuria.
-
Si la tabla
izquierda representa la
Creación , la tabla
central representa el mundo. Un mundo de vicios y placeres al que los
hombres y mujeres se dedican en una composición abigarrada de patente horror vacui. La representación sigue
siendo simbólica y así los mencionados placeres se representan por medio de
frutas, como fresas, cerezas, moras, frambuesas, que aluden a lo efímero del
placer sexual. Algunas figuras aparecen inmersas en pompas o esferas de vidrio,
eludiendo también a la eventualidad del deleite, según confirma el refranero
popular: “el placer es como el vidrio, cuanto mayor es antes se rompe”. También
aparecen hermafroditas y ratones, símbolos estos últimos de la envidia, sobre
todo de aquellos que observan los placeres de los demás. En conjunto por tanto
un mundo abarrotado de seres en su mayoría infelices o atrapados en la ansiedad
de una vida orientada exclusivamente al goce, y más concretamente al goce
carnal.
-
La tabla de la izquierda
(derecha del espectador) representa el infierno. Está presidido por una figura
en forma de huevo roto en el que se adivina el autorretrato del autor y ve coronada su cabeza por una gaita, símbolo de la
inversión sexual. Todo ello vendría a ilustrar en el propio ejemplo de su
autor, el castigo que conlleva el exceso en el placer carnal representado en la
tabla anterior. Rodeando a esta figura aparecen muchas otras. Destacaríamos por
su contenido sarcástico los clérigos con pico de ave por ser malos
predicadores, y los que sufren el castigo terrible de verse aprisionados entre
instrumentos musicales, alusión según Fraenger
a la lucha por alcanzar la armonía universal. Tampoco se salvan de los
castigos eternos las monjas que comercian con reliquias, convertidas aquí en
cerdos. Al fondo y en la parte superior se desarrolla un espectáculo espectral
y luminosos con edificios en llamas en medio de la tiniebla.
En conjunto la obra resume la esencia de la pintura del
Bosco. Una pintura de enorme complejidad simbólica, y que lejos de pretender
mostrar el triunfo del placer, utiliza irónicamente la imagen de un mosaico
hedonista para criticar los desmanes de la Humanidad. De hecho las tablas
cierran un círculo temático coherente, pues nos vienen a decir que lo que
empezó mal para el Hombre desde el mismo momento de la creación por culpa del
pecado original, deriva en un mundo vacío en infeliz basado en los placeres
materiales, y no puede acabar más que con los padecimientos del Castigo Eterno.
Una pintura por tanto la del Bosco nada herética,
todo lo contrario, ejemplarizante, que enriquece con su prolijo simbolismo, su detallismo
preciosista y eso sí, un humor constante que deriva muchas veces en la
caricatura.
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