S XIII
Anónimo
Tanto Burgos como León son los
lugares donde más intensamente y más temprano se desarrolla la escultura
gótica.
Piedra, bulto redondo, adosada
en el parteluz, típico del gótico clásico. La original está en el interior (
capilla de la girola)
Función didáctica como en el
románico pero con diferente sentido de la religión, no basada en el temor y el
miedo al castigo divino, sino en el amor y en la fe en la salvación con la
ayuda de Cristo sufriente y la virgen bella.
La virgen es tema protagonista
en el gótico, se identifica simbólicamente con la iglesia. Está colocada en el
parteluz como anfitriona. Son muchos los ejemplos en otras catedrales góticas.
El culto y devoción a María
tiene gran protagonismo en este momento. (responde a la tipología de la Virgen del
gótico, maternal, amable , dulce, en comparación con la virgen-trono del románico.
Mirar si es necesario el tema del románico donde se compara vírgenes románicas
y góticas)
Técnicamente considerada una de
las mejores obras de la escultura gótica hispana. Es una bella virgen de canon
esbelto, y partes proporcionadas, ricos
vestidos con pliegues trabajados con naturalidad. Como reina (con la corona
real típica del gótico) de pie, bendiciendo, sobre el dragón, alude a su
condición de nueva Eva y corredentora con su Hijo, el niño que también
sonriendo bendice. Influencia de Reims en su naturalismo, elegancia,
estilización y esa sonrisa un tanto bobalicona de la escultura gótica francesa.
En el dintel, relatos de
bienaventurados y condenados al infierno:
el fuego, calderos de agua hirviendo, terribles demonios que recuerdan al
románico. En el tímpano Cristo enseñando las llagas (Dios hombre que con su
sufrimiento es fuente de vida y de salvación)
En las triples arquivoltas, ángeles siguiendo la dirección de los arcos
con ricos elementos decorativos. Doseletes, peanas, repisas adornadas (como las
tablas de las alacenas) que separan las escenas .Las figuras de las jambas han
ganado en tamaño, casi el mismo que el de la Virgen anfitriona.
La construcción de la catedral de León, la más francesa de
las grandes catedrales castellanas, se comenzó bastante avanzado el siglo XIII.
Su inicio debe situarse con posterioridad a 1255 y contó con el propio obispo
de la sede y con el rey Alfonso X,
como valedores principales. Este último, en 1277, concedió exención de
impuestos a los veinte canteros, al vidriero y al herrero que trabajaban en la
fábrica, por todo el tiempo que permanecieran vinculados a ella.
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