Nacido
en la provincia de Palencia, hijo del pintor Pedro Berruguete, conoce la obra
de Miguel Ángel en su viaje a Italia en 1508. Nombrado por Vasari en la primera edición de Las vidas como el español que junto a otros artistas estudia
copiando bocetos de Miguel Ángel, doce años en Italia.
Vuelto
a España viaja bastante y trabaja en Aragón, Granada, pero se establece en
Valladolid, capital de la corte durante un tiempo, donde la clientela podía ser
más abundante y crea allí un gran taller
desde 1526, con muchos discípulos. La consideración de su arte le
permitió adquirir la condición de hidalgo y adquirir un señorío.
Pronto
crea un estilo personal, no respetuoso con las normas clásicas sino que se aleja de la perfección y la belleza. Sus
composiciones no tienen serenidad, las figuras se agitan en posiciones
inestables, nerviosas y apasionadas, no importa que tengan fallos anatómicos. Los
gestos de los rostros se exageran para destacar la expresividad, sin importar
el realismo. Se alarga el canon y se estilizan las formas en busca de una mayor
espiritualidad. Realiza un trabajo rápido con incorrecciones que cubre la
policromía. Pronto
crea un estilo personal, no respetuoso con las normas clásicas sino que se aleja de la perfección y la belleza. Sus
composiciones no tienen serenidad.
Otros retablos, en Salamanca, Valladolid, Cáceres; también la sillería
del coro de Toledo, labrada a medias con el italiano Bigarny , destacando en los
tablero de nogal figuras de santos y profetas en actitudes variadísimas. Labró
obras en mármol y alabastro como el conjunto escultórico que remata la sillería
del coro de la Catedral de Toledo o el sepulcro del cardenal Tavera en el Hospital
de Afuera de Toledo.
Alonso Berruguete
Museo Nacional de Escultura (Valladolid)
Material y técnica: Madera, acabado enyesado y con fina capa de arcilla, posteriormente
policromado, sobre todo carnaciones y acabado final pulimentado.
Tamaño: inferior al natural: Originalmente formaba parte, igual que el sacrificio de Isaac del gran retablo
encargado por los dominicos, de la iglesia de San Benito el Real de Valladolid.
Se encontraba en el banco o parte inferior del retablo. El retablo respondía a una estructura de madera de grandes
dimensiones con esculturas de bulto redondo, relieves y pinturas sobre tabla.
Fue desmontado con motivo de la Desamortización en el s. XIX.
Representa el martirio de San Sebastián (soldado romano convertido al
cristianismo, encarcelado, allí ayuda a otros cristianos por lo que se le
condena a muerte: asaeteado atado a un árbol. Milagrosamente no murió, con los
cuidados de santa Irene. De nuevo se presenta ante Diocleciano denunciando la
persecución de los cristianos. Será de nuevo condenado a morir a garrotazos y
arrojado a la Cloaca Máxima.)
El sacrificio de Isaac .1526-1532
Alonso Berruguete
Museo de Escultura de Valladolid
Material y técnica, lo mismo que San Sebastián
Tamaño: inferior al natural: Explicar un poco la técnica del estofado. También en comentario de arriba.
Tema: Representa el momento dramático en que Abraham, por orden de Dios, se dispone a
matar a su hijo.
Análisis formal: distorsión manierista, aunque la composición sigue
un planteamiento general triangular, muchas actitudes rompen el orden
establecido en una distorsión manierista: el giro de la cabeza de Abrahán elevada hacia el cielo, la pierna que
se separa del grupo quedando inestable; la figura retorcida de Isaac. Los
rostros expresivos se descomponen por el dolor, las bocas entreabiertas como si
quisieran gritar y los ojos suplicantes, desesperación y a la vez sumisión al
terrible mandato de dios. La policromía y el brillante pulimento contribuyen a
dar más expresividad y sobre todo realismo.
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