La última cena de Leonardo es una de las obras cumbres del Renacimiento. Motivo de todo tipo de teorías, leyendas y representaciones más o menos afortunadas, nosotros nos centraremos en los aspectos artísticos e históricos. Os adjunto la primera parte de un video que forma parte de una serie llamada "la vida privada de las obras maestras", donde podrás ver los aspectos fundamentales de esta obra, además de muchas otras curiosidades.
Leonardo da Vinci
La
última cena 1494-1497
4,6 x
8,8 m
Temple y óleo sobre dos capas de preparación de yeso, lo que ya en
vida del pintor provocó que la pintura se desprendiera. Posteriormente
humedades y malas restauraciones han
hecho el resto.Se encuentra en el refectorio
del convento dominico de Santa María de la Gracia. Milán... Seguramente es
encargo de Ludovico el Moro. El tema representa la Eucaristía. El momento que
elige Leonardo es el más dramático del relato evangélico, el momento en el que
Cristo pronuncia la frase “uno de vosotros me traicionará”. De estas palabras
brotan lo que Leonardo llama “los movimientos del alma”. Los apóstoles se
animan dramáticamente, sus gestos son de estupor y asombro, alguno se levanta,
otros se aproximan, se espantan, cotillean. Menos Judas que se ha quedado
anímicamente solo en el extremo izquierdo.
Las
figuras de los apóstoles - retratos tomados del natural en dibujos previos- son
monumentales, insertas en un ambiente
exacto desde el punto de vista de la perspectiva.
La pintura aparece como una estancia dentro de
la estancia del propio refectorio. Consigue el efecto de que se puede traspasar
la pared en la que se encuentra la pintura con los recursos de la perspectiva:
los tapices de las paredes, los casetones del techo y las ventanas del fondo.
En la última restauración se ha visto que los
colores son mas luminosos de lo que se
creía, a lo que contribuye la ventana natural que hay en el refectorio, aparte
de las tres pintadas en el fondo por donde se ve un cielo próximo al crepúsculo. Realizado
en su primera estancia en Milán, ciudad a donde va desde Florencia, ofreciendo
sus servicios al duque de Milán, Ludovico el Moro, como arquitecto, escultor,
pintor, y también como ingeniero, artillero e hidráulico.
En
esta etapa hizo muchos retratos, no todos conservados, además de la primera
versión de la La virgen de las Rocas.
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