Santa María del Mar de Barcelona, S XIV (interior).
Gótico catalano-levantino
Maestro de obras: Berenguer de Montagud
Santa María del Mar está
financiada de forma colectiva por los parroquianos, en su mayoría armadores y
mercaderes de la ciudad.
Sobriedad, robustez, que recuerda a la arquitectura
cisterciense.
Esas características
( austeridad, unidad espacial y diafanidad, están condicionadas por las
iglesias de las órdenes mendicantes y de predicadores- franciscanos, dominicos-
para los que es importante una vida de pobreza, un cristianismo más humano y la
predicación de la doctrina, por lo que buscan espacios más diáfanos y mayor
integración de los fieles en la liturgia)
El área de esta arquitectura mendicante se extiende por el
mediterráneo, destacando Italia, zonas del sur de Francia, Galicia y la corona
de Aragón.
(Recomendable
leer la novela de Ildefonso Falcones La
catedral del Mar, en torno a la construcción de Santa María)
Para completar: La
arquitectura gótica que define el período gótico en la
Corona de Aragón es sustancialmente diferente del gótico
clásico o francés que se está desarrollando en otras zonas de la península. Es
lo que se denomina como Gótico levantino o Gótico catalán cuyas mejores
construcciones se encuentran en el Principado de Cataluña.
Es una arquitectura
caracterizada por su sobriedad y racionalidad constructiva, del predominio del
muro y escasos ventanales, por lo que se atrofian los elementos aéreos como los
arbotantes. Otra novedad es la disposición en muchos de estos edificios de las
denominadas plantas de salón, de traición alemana, es decir, iglesias de tres naves de la misma altura.
La iglesia de Santa María del
Mar es un hermoso ejemplo de esta tendencia arquitectónica. Se construye en el
centro del barrio marítimo barcelonés bajo la dirección de Berenguer de
Montagud. Destaca por su armonía y la esbeltez
de todo su sistema de soportes.
Presenta planta de salón, de
tres naves, sin crucero, con capillas abiertas entre los contrafuertes y
girola.
En el alzado destaca la sobriedad
y elegancia de los grandes pilares octogonales que separan las naves y que son
los que otorgan toda la monumentalidad y elegancia a la concepción interior de
este edificio. Además, los tramos son cuadrados, lo que permite separar los
pilares ampliamente entre sí, contribuyendo a aumentar la sensación de amplitud
y armonía.
Las cubiertas son igualmente
atrevidas a base de crucerías muy voladas y de gran tamaño en cada tramo. En la
girola las cubiertas se componen de tramos abovedados trapezoidales, por tener
doble número de lados al interior que al exterior.
En cuanto al exterior destacan
las dos torres que flanquean la fachada, ambas octogonales y que recogen la
tradición de las torres prismáticas de los monasterios cistercienses y también
de la torre de la Seu Vella de
Lérida.
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