HERMES CON DIONISOS NIÑO
PRAXÍTELES.
S IV (330 a.C.)
Periodo Clásico (estilo del clasicismo tardío o
postclasicismo).
Museo Arqueológico de
Olimpia. Uno de los pocos ejemplos originales de la escultura clásica.
Otras obras del autor, La Venus (Afrodita) de Cnido y Apolo Sauróctono
Técnica: Mármol. 2,13m.
Acabado lustroso con barniz de cera, aumenta la sensualidad.
Hay familiaridad y cercanía
con lo divino .Cuerpo vivo, amable, sin rigidez, sensualidad y ambigüedad
sexual (tanto por las curvas como por el acabado). La sensualidad del desnudo
se acentúa con la abundancia del manto sobre el árbol. La dulzura de los
adolescentes praxitelianos seducirá a los artistas helenísticos.
Contexto: Tras
las Guerras del Peloponeso (431- 404), las polis helenas entraron en crisis.
Filipo, rey de Macedonia, a mediados del s IV, une a todas bajo su poder. En el
s. IV , Dionisos, que según la mitología, será descuartizado por los gigantes
para luego resucitar, se hace muy popular; los fieles , quizá ante la crisis y
la decadencia , prefieren dioses próximos y que garanticen la resurrección tras
la muerte. El conjunto expresa esa humanidad que se solicita de los dioses.
Tampoco sabemos demasiado de
un magnífico escultor como fue Praxíteles. Nace en Atenas alrededor del 400 a . C., y entre el 380 y
330 realiza sus obras en bronce y sobre todo en mármol. Fue hijo del también
escultor Cefisódoto el Viejo del hereda un tratamiento más suave de la talla y
una tendencia hacia el realismo (menor idealización).
Sin duda una de sus obras más
famosas y conocidas es el Hermes de
Olimpia o Hermes con Dionisos niño
que es una de las pocas piezas originales que se conservan de la escultura
antigua, encontrada en el Heraion de Olimpia en 1887.
Existen no obstante algunas
dudas respecto a su autoría. Algunos autores defienden que si la obra es
praxiteliana debe ser de su última etapa, atendiendo, por ejemplo, al
tratamiento demasiado ampuloso y realista del cabello.
La obra representa a Hermes
en el acto de transportar a Dionisos niño, desde el Olimpo hasta la mansión de
las ninfas, encargadas de su crianza. El dios mensajero hace un alto en la ruta
y ofrece al niño sediento un racimo de uvas (perdido hoy, en la mano derecha).
Así el grupo adquiere esa humanidad característica en las representaciones
praxitelianas de los dioses.
Debemos resaltar su magnífica
textura, con grado de pulimentado y difuminado, difícil de encontrar en copias
posteriores.
Desde el punto de vista
compositivo hay que insistir en un elemento característico de la obra de
Praxíteles, el contrabalanceo acusado de sus contraposto, hasta adquirir trazos
curvilíneos en forma de “S”. Son las famosas “curvas praxitelianas”, que
acentúan la sensación de dinamismo.
Como también es habitual en
todas sus obras, mantiene un brazo levantado en ángulo, que nunca corta la
silueta frontal de la estatua (no hay escorzo).
Hay además una tendencia
creciente al naturalismo, como puede observarse en el tratamiento de los
detalles como, por ejemplo el rostro o el cabello. La expresión eso sí,
mantiene cierta sensación de distante lejanía, sólo contrarrestada por la
actitud espontánea del niño.
A la vista de esta imagen es
evidente que algo ha cambiado en la estatuaria griega respecto al momento del
clasicismo pleno: las figuras se han estilizado, se han refinado y sobre todo
han acentuado su cadencia y su sensación de movimiento haciéndolas más
elegantes. Es el triunfo de la euritmia frente a la simetría clásica.
VENUS DE CNIDO
PRAXÍTELES.
S IV (370 a.C.)
Periodo Clásico (estilo del clasicismo tardío o
postclasicismo)
Copia romana en mármol. 2,15m
Museos Vaticanos.
Aplicar datos de Praxíteles
que hay en el comentario de Hermes.
Quizá escandalizó a sus
contemporáneos, más que por la desnudez de la mujer, por representar a una diosa como a cualquier
mortal, insistiendo en su atractivo erótico.
Contexto: Escultura griega de
la primera mitad del siglo IV.
Se trata de una de las piezas
más conocidas de su autor. Afrodita se representa en el momento de disfrutar de
su baño ritual, razón por la cual aparece desnuda y depositando suavemente sus
prendas sobre un jarrón. La obra escandalizó a los habitantes de la isla de Cos
que la habían encargado, por lo que la rechazaron, yendo asía a parar a Cnido,
donde cautivó por su indudable belleza como, así puede apreciarse en la
actitud: postura recatada, ingenua, es de una singular inocencia. Su posición
con una mano sobre el pubis transmite esa sensación, aunque para algunos está
señalando la fuente de su poder, no olvidemos que Afrodita es la diosa de la belleza
y del amor.
También contribuye a esa
belleza la composición, porque en este caso las curvas praxitelianas, poco
exageradas, incitan a la máxima sensualidad, e imponen además un ritmo suave y
delicado a la composición.
Por último resulta igualmente
significativa la textura del mármol que, en el original presentaría el habitual
pulimentado de su autor y el complemento de la “gánosis” o barniz de cera, con
que se recubrían las esculturas de la época. El tratamiento gestual, está
idealizado como es habitual, pero cargado de una media sonrisa igualmente
ingenua que hace la pieza tan atractiva, otorgándole esa gracia “charis” que
hizo tan humanas y reales las esculturas de su autor.
MÉNADE
SCOPAS.
S IV a.C. (primera mitad)
Periodo Clásico (estilo del clasicismo tardío o
postclasicismo
Copia romana en mármol de un
original de Scopas. 0,46 m
de altura.
Está en Dresde (Alemania)
Phatos y torsión que anuncian
el helenismo.
Contexto: lo mismo que con
Praxíteles. También danzante en ritos en honor de Dionisos. Después de la Guerras del Peloponeso,
decadencia política de Atenas a favor de las polis septentrionales como
Macedonia, etc.
Escopas es un escultor nacido
en la isla de Paros hacia el 380
a . C., que trabaja primordialmente en mármol. Tal vez su
obra más grandiosa fuera la decoración del Mausoleo de Halicarnaso hacia el 350 a . C., alguno de cuyos
restos se pueden admirar todavía en el Museo Británico (cabeza de Mausolo).
Esta ménade “furiosa” o
Ménade “bailando” representa a este tipo de “bacantes” (mujeres adeptas a los
ritos dionisíacos, arrebatadas por la ebriedad y la danza, “trance”). La propia
temática contribuye a romper el concepto clásico de perfecta armonía. De hecho,
aparece semidesnuda y enloquecida por el vino y el baile, en un frenesí
que la contorsiona, distorsionando toda
su anatomía.
Plásticamente, aparte de esta
nueva composición del cuerpo, la sensación trémula (estremecida, temblorosa) en
la muchacha se acentúa gracias al trabajo muy profundo de los paños que crea
violentos contrastes de luz y sombra, así como el vigor de los movimientos, de
un efectismo muy expresionista.
Prueba de la complejidad
compositiva de esta Ménade es que Escopas la concibió para ser vista de lado
(no hay frontalismo), desde donde el sentido del movimiento agitado se
manifiesta con mayor viveza y el cuerpo transmite un mayor grado de
sensualidad.
Todo lo cual es prueba de la
evolución de la estatuaria hacia formas de mayor expresividad y originalidad
compositiva.
La diferencia frente a la
etapa de pleno clasicismo resulta patente, ya no sólo por el nuevo desarrollo
del sentido del movimiento y la ruptura de los ejes armónicos de la
composición, sino por una nueva concepción expresiva: ese “pathos”, tan
característico de su autor, que exalta el sentimiento, y abandona el idealismo
clásico.
Muchas gracias por la información, me ha sido de gran ayuda, si tienes algunas características específicas de Hermes con Dionisio niño te lo agradecería muchísimo, cosas como la curva praxitélica, o perfil griego, describiendo la obra en sí........ o cosas así... Gracias igualmente!
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que buen blog!!
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