Autor: Pierre De Montreuil.
Hacia 1240 el gótico francés evoluciona hacia una fase que se ha llamado
Gótico radiante y que alude a la
multiplicación de los radios en los grandes rosetones de los muros. La
arquitectura gótica pierde en monumentalidad pero gana en elegancia y
preciosismo. Se rompe el equilibrio entre el muro y la vidriera, ahora se impone
la vidriera a la que la arquitectura sirve de marco y soporte. Es como si la
catedral se convirtiera en un estuche de vidrio.
Esta capilla es el máximo
exponente del refinamiento gótico. La capilla está dispuesta en dos niveles:
Una iglesia inferior, de escasa altura e iluminación, para la gente común de palacio, y que sirve de soporte a la
iglesia alta con un gran desarrollo en altura de los ventanales que tienen un complejo programa iconográfico en sus
vidrieras con predominio del rojo y el
azul. También colores recubren el resto de arquitectura: oro en los nervios y
en las pequeñas arcadas a modo de zócalo; cielo de noche estrellada en la
plementería. De la bóveda de crucería
La función de esta capilla dentro
del Palacio Real, de la parte alta, además de capilla del rey y su corte, fue
servir de iglesia-relicario, custodiar en su interior una de las reliquias más
preciadas de la cristiandad, la corona de espinas de Cristo, obtenida como
botín por los cruzados en la toma de Constantinopla y que se conservó hasta la
Revolución Francesa. Todos los elementos de la iglesia alta están subordinados
a esta función de relicario; de una sola nave, la zona presbiterial estaba
presidida por la sagrada reliquia y a su alrededor las vidrieras de los grandes
ventanales, los del ábside con dos ojivas y tracerías con tres tréboles, típicas
del gótico clásico francés del s XIII. Los ventanales laterales, más altos y
con cuatro ojivas
Adosados en los finos pilares
fasciculazos que separan las ventanas, esculturas de los doce apóstoles, con
los símbolos de la pasión en sus manos y cubiertos con un pequeño doselete típico
del gótico.
Se aplica el vocabulario: bóvedas
crucería, cuyos nervios así como los arcos fajones ojivales, se apoyan en los pilares fasciculados;
tracerías y maineles en los arcos, gablete en el tabernáculo, técnica de las
vidrieras, así como se habla de la simbología de la Jerusalén celestial a la
que contribuyen las luces que a través
de los vidrios de colores inundan la iglesia, creando un ambiente que subyuga.
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